Dios los hace y ellos se juntan...

Sonó el pitazo final, se bajó el telón, nos  cortaron las alas. En noventa minutos pasamos de la ilusión, de la esperanza, de la algarabia, del entusiasmo, a las lagrimas, a la frustración, al enojo y a la impotencia. Todo se esfumo en hora y media, cuatro partidos casi perfectos.
Se acabó la funcion, se acabó la magia; pero el guión y el libreto continuan, sin duda el show seguirá dentro de cuatro años. Comenzamos a hacer historia, lo que nos hace falta para seguir escalando en ese podio universal que muy pocos han logrado llegar pero que han sabido mantenerse.
Colombia se lució, ahora se respetará futbolisticamente, ya no entramos a la cancha con miedo, ahora nosotros metemos miedo, poque hay un equipo serio, trabajador y disciplinado, pero sobre todo, con excelentes jugadores.
Que le vamos a hacer nos tocó bailar con la mas fea, mas alla de que les ayudaran, que si el arbitro, que si la FIFA, el uniforme verdeamarelo fue el que ganó, no quienes lo estan representando.

La historia nuevamente cobra vida,  cobró vida tambien la jerarquia, la tradición, se acabaron las sorpresas, en semis nuevamente los de siempre, los que acostumbran  a saborear triunfos trascendentales como los mundialistas. 

Despues de 20 mundiales, de 84 años de longevidad, el torneo celebrado este año en el pais de la zamba, de las garotas, del jogo bonito (que en esta edición brillo por su ausencia) reune en las semifinales a los que tienen el don, seguro dado por Dios para ser siempre protagonitas y ser campeones universales del deporte mas hermoso del mundo. Por eso digo que Dios los hace y ellos se juntan en semifinales. Alemania, Brasil y Argentina. (10 titulos en 19 mundiales).